¿Pensábais que en invierno no hay flores? Pues si que las hay, aquí os traigo un ejemplo, aunque no es muy normal que florezca tan temprano.
Son inflorescencias, todavía en desarrollo del aliso, Alnus glutinosa, un árbol de la familia de la Betuláceas presente en nuestros bosque de ribera.
Ahora algunos os estaréis preguntando dónde están las flores.
Pues son esa especie de colgantes que se ven en las ramas. No son nada espectaculares, es cierto, pero pensad que el modo de dispersión de su polen es a través del viento y no mediante insectos por lo que no necesitan desarrollar estructuras atractivas ni vestirse de colores.
Los pedúnculos -que se denominan amentos- verdes cilíndricos que véis son las flores masculinas. En la foto todavía son pequeños pero llegarán hasta los 4 o 5 cm.
Las flores femeninas son los amentos más redondeados y pequeños de color marrón. Primero son duros y viscosos, luego secan y quedan con las escamas persistentes. Una vez fructificada queda como una especie de piña pequeñita que permanece en el árbol hasta el año siguiente.
Ya como curiosidad os contaré que los alisos han sido muy empleados desde la antigüedad. Su madera se ha utilizado, por su resistencia al agua, en la fabricación de ruedas de molino, compuertas de canales, etc. De distintas partes del árbol también se han obtenido diferentes tintes: rojo de la corteza, verde de sus flores y marrón de sus tallos. Entre los celtas era especialmente venerado debido a su "sangrado" cuando era talado y estaba asociado a la deidad Bran. Su tinte se utilizaba para pintarse el rostro cuando iban a la batalla. De su importancia, así como la de muchos otros árboles, queda constancia en numerosos poemas célticos mediavales.
Ahora algunos os estaréis preguntando dónde están las flores.
Pues son esa especie de colgantes que se ven en las ramas. No son nada espectaculares, es cierto, pero pensad que el modo de dispersión de su polen es a través del viento y no mediante insectos por lo que no necesitan desarrollar estructuras atractivas ni vestirse de colores.
Los pedúnculos -que se denominan amentos- verdes cilíndricos que véis son las flores masculinas. En la foto todavía son pequeños pero llegarán hasta los 4 o 5 cm.
Las flores femeninas son los amentos más redondeados y pequeños de color marrón. Primero son duros y viscosos, luego secan y quedan con las escamas persistentes. Una vez fructificada queda como una especie de piña pequeñita que permanece en el árbol hasta el año siguiente.
Ya como curiosidad os contaré que los alisos han sido muy empleados desde la antigüedad. Su madera se ha utilizado, por su resistencia al agua, en la fabricación de ruedas de molino, compuertas de canales, etc. De distintas partes del árbol también se han obtenido diferentes tintes: rojo de la corteza, verde de sus flores y marrón de sus tallos. Entre los celtas era especialmente venerado debido a su "sangrado" cuando era talado y estaba asociado a la deidad Bran. Su tinte se utilizaba para pintarse el rostro cuando iban a la batalla. De su importancia, así como la de muchos otros árboles, queda constancia en numerosos poemas célticos mediavales.
"Aliso, tu no eres rencoroso, adorable es tu olor,
no eres punzante cuando estás en la hondonada"
Suibhne, el vagabundo del bosque. Anónimo irlandés del S.XII
no eres punzante cuando estás en la hondonada"
Suibhne, el vagabundo del bosque. Anónimo irlandés del S.XII
2 comentarios:
Aliso, suena bien.
En mi tierra también se los llama amieiros.
Publicar un comentario