Los dermápteros ( del griego derma=piel + pteron = ala) son un orden de insectos conocidos popularmente como tijeretas, tijerillas, pinchaorejas o incluso "cortapichas" :-D
Son insectos frecuentes, de los que existen unas 1.800 especies, la mayoría tropicales, aunque también los hay en regiones templadas. En la Península Ibérica aparecen 27 especies repartidas en 14 géneros. La más abundante con diferencia es la tijereta común Forficula auricularia, que supongo que será la protagonista de la foto ya que las otras no las conozco.
Son de tamaño mediano a pequeño y de apariencia alargada, algo aplanada,con un color pardo o rojizo.
Los adultos en casi todas las especies poseen dos pares de alas. El par anterior es bastante engrosado . Forficula auricularia tiene 2 pares de alas bien plegadas, protegidas por pequeños elitros, y puede llegar a volar, aunque generalmente no lo hace.
El aparato bucal es de tipo masticador y los ojos compuestos son proporcionalmente grandes. Las antenas son largas, delgadas y de muchos segmentos.
Es un animal de hábitos crepusculares y nocturnos que normalmente viven bajo piedras o entre la corteza de los árboles (o en las casas también).
Su característica más notoria son los dos cercos o fórceps posteriores en forma de tenaza. Tanto los machos y las hembras tienen fórceps y presentan gran variedad de formas, incluso dentro de la misma especie, aunque en el macho aparecen curvados y en la hembra (la de la foto) son rectos.
Los cercos sirven para defenderse de los enemigos (los muestran más que nada como disuasión), para sujetar a las presas y también tienen una función relevante en la reproducción, el macho los utiliza durante el cortejo-con ellos le da a la hembra suaves y continuos golpecitos en el abdomen (que romántico :-))- y durante el apareamiento para sujetar a la hembra.
La reproducción en Forficula auricularia es bastante curiosa, el apareamiento se da en verano -en Agosto generalmente- pero ya en primavera se reúnen machos y hembras y permanecen en sus escondrijos.
El acoplamiento es característico: el macho y la hembra quedan alineados contactando con el extremo apical de sus abdómenes; seguidamente el macho, haciendo girar su abdomen 180º para poner al revés su extremo, coge a la hembra con los cercos y la coloca en la posición más adecuada para la cópula, toda una lección de Kama Sutra. Una vez fecundada, la hembra excava debajo del suelo (o de una piedra o de un pedazo de madera) una cavadidad en la que depositará una ristra de huevos, aproximadamente unos 30 .
Después de la puesta el macho se marcha permaneciendo la hembra junto a los huevos, lamiéndolos y dándoles vueltas con el fín de evitar la germinación de las esporas de hongos que crezcan sobre los huevos en desarrollo. La incubación es muy variable, entre poco más de una semana hasta 3 o 4 meses y depende sobre todo de la temperatura. De media dura unas 6 semanas.
Este cuidado no es algo muy habitual entre los insectos pero entre las tijeretas sí. Son tan buenas madres que incluso si los huevos son molestados, la hembra los recogerá y los cambiará de lugar. Las larvas necesitan el cuidado constante de su madre hasta transcurrida la primera muda a las 2 o 3 semanas.
Son insectos hemimetábolos (esto es, la metamorfosis es incompleta) y tienen de 4 a 6 instares ninfales siendo las ninfas son muy similares a los adultos, pero de coloración más clara. El estadio larval transcurre durante 45 días.
Con la llegada del frío las tijeretas macho morirán mientras que las hembras sobreviven encerradas en sus nidos al cuidado de su descendencia, hasta que mueren exhaustas.
A pesar de su mala fama son unos animales totalmente inofensivos para el hombre. Ni perforar oidos, ni "cortan pichas" ni nada similar. Tampoco pican ni muerden, se alimentan principalmente de materia orgánica en descomposición, aunque a veces pueden alimentarse de vegetales o depredar otros insectos ( incluso de individuos de la propia especie, se ha visto algunos casos de canibalismo)
Únicamente en caso de encontrarse amenazadas, las tijeretas pueden llegar a pellizcar o pinchar sirviéndose de su apéndice abdominal, secretando además una sustancia maloliente mediante unas glándulas que tiene en el abdomen.
Son insectos con una gran fuerza y en algunos experimentos se ha llegado a comprobar que son capaces de arrastrar grandes pesos en relación a su tamaño.
Son insectos frecuentes, de los que existen unas 1.800 especies, la mayoría tropicales, aunque también los hay en regiones templadas. En la Península Ibérica aparecen 27 especies repartidas en 14 géneros. La más abundante con diferencia es la tijereta común Forficula auricularia, que supongo que será la protagonista de la foto ya que las otras no las conozco.
Son de tamaño mediano a pequeño y de apariencia alargada, algo aplanada,con un color pardo o rojizo.
Los adultos en casi todas las especies poseen dos pares de alas. El par anterior es bastante engrosado . Forficula auricularia tiene 2 pares de alas bien plegadas, protegidas por pequeños elitros, y puede llegar a volar, aunque generalmente no lo hace.
El aparato bucal es de tipo masticador y los ojos compuestos son proporcionalmente grandes. Las antenas son largas, delgadas y de muchos segmentos.
Es un animal de hábitos crepusculares y nocturnos que normalmente viven bajo piedras o entre la corteza de los árboles (o en las casas también).
Su característica más notoria son los dos cercos o fórceps posteriores en forma de tenaza. Tanto los machos y las hembras tienen fórceps y presentan gran variedad de formas, incluso dentro de la misma especie, aunque en el macho aparecen curvados y en la hembra (la de la foto) son rectos.
Cercos de Forficula auricularia macho en su forma macrolabia (1), braquilabia (2) y de la hembra (3)
Los cercos sirven para defenderse de los enemigos (los muestran más que nada como disuasión), para sujetar a las presas y también tienen una función relevante en la reproducción, el macho los utiliza durante el cortejo-con ellos le da a la hembra suaves y continuos golpecitos en el abdomen (que romántico :-))- y durante el apareamiento para sujetar a la hembra.
La reproducción en Forficula auricularia es bastante curiosa, el apareamiento se da en verano -en Agosto generalmente- pero ya en primavera se reúnen machos y hembras y permanecen en sus escondrijos.
El acoplamiento es característico: el macho y la hembra quedan alineados contactando con el extremo apical de sus abdómenes; seguidamente el macho, haciendo girar su abdomen 180º para poner al revés su extremo, coge a la hembra con los cercos y la coloca en la posición más adecuada para la cópula, toda una lección de Kama Sutra. Una vez fecundada, la hembra excava debajo del suelo (o de una piedra o de un pedazo de madera) una cavadidad en la que depositará una ristra de huevos, aproximadamente unos 30 .
Después de la puesta el macho se marcha permaneciendo la hembra junto a los huevos, lamiéndolos y dándoles vueltas con el fín de evitar la germinación de las esporas de hongos que crezcan sobre los huevos en desarrollo. La incubación es muy variable, entre poco más de una semana hasta 3 o 4 meses y depende sobre todo de la temperatura. De media dura unas 6 semanas.
Este cuidado no es algo muy habitual entre los insectos pero entre las tijeretas sí. Son tan buenas madres que incluso si los huevos son molestados, la hembra los recogerá y los cambiará de lugar. Las larvas necesitan el cuidado constante de su madre hasta transcurrida la primera muda a las 2 o 3 semanas.
Son insectos hemimetábolos (esto es, la metamorfosis es incompleta) y tienen de 4 a 6 instares ninfales siendo las ninfas son muy similares a los adultos, pero de coloración más clara. El estadio larval transcurre durante 45 días.
Con la llegada del frío las tijeretas macho morirán mientras que las hembras sobreviven encerradas en sus nidos al cuidado de su descendencia, hasta que mueren exhaustas.
A pesar de su mala fama son unos animales totalmente inofensivos para el hombre. Ni perforar oidos, ni "cortan pichas" ni nada similar. Tampoco pican ni muerden, se alimentan principalmente de materia orgánica en descomposición, aunque a veces pueden alimentarse de vegetales o depredar otros insectos ( incluso de individuos de la propia especie, se ha visto algunos casos de canibalismo)
Únicamente en caso de encontrarse amenazadas, las tijeretas pueden llegar a pellizcar o pinchar sirviéndose de su apéndice abdominal, secretando además una sustancia maloliente mediante unas glándulas que tiene en el abdomen.
Son insectos con una gran fuerza y en algunos experimentos se ha llegado a comprobar que son capaces de arrastrar grandes pesos en relación a su tamaño.