¿Que no sabéis que es? Pues nada menos que la disciplina encargada de estudiar las agallas vegetales :-)
Las agallas (o cecidias en lenguaje técnico) pueden ser definidas como “estructuras anormales de partes de los tejidos u órganos de las plantas que se desarrollan por la reacción específica a la presencia o actividad de un organismo inductor (frecuentemente un insecto)”.
Las agallas vegetales han llamado la atención de observadores del medio natural desde tiempos antiguos, intrigados por su presencia y por su origen. El uso de ciertas agallas con fines médicos y curativos está documentado desde la antigüedad grecorromana por autores como Hipocrates, Plinio y Teofrasto, que aludieron a sus usos farmacológicos en el tratamiento de diarreas, inflamaciones bucales y hemorroides . Otras agallas de cinípidos de la cuenca mediterránea fueron utilizadas desde la antigüedad como curtientes de pieles y en la fabricación de tinta de alta calidad y tintes para el pelo y la ropa. También como adorno corporal, tatuajes o fabricación de collares, por ciertas tribus de Africa Oriental y Amazonía. Por último, se puede mencionar también el uso de algunas agallas en la alimentación humana como es el caso de las jugosas cecidias producidas por un cinípido en Salvia pomifera, las cuales se han consumido eventualmente en la isla de Creta.
Dentro del concepto de agallas o cecidias, encontramos en la naturaleza una amplia variedad de formaciones vegetales diferenciadas enormemente en cuanto a su estructura y complejidad, y producidas por organismos también muy diferentes. Se conocen más de 15000 especies de organismos capaces de inducir la formación de agallas entre los que se cuentan virus, bacterias, algas, hongos. etc. Pero el caso más notorio es sin duda el de las agallas producidas por insectos. El primer científico que descubrió la relación de causa-efecto entre un insecto y su agalla fue el italiano Malpighi en el siglo XVII. Se conocen unas 13000 especies de insectos que las causan y se agrupan en dos grandes grupos; uno que comprende los insectos picadores y otro los representantes de los órdenes superiores de insectos. Para los primeros, la formación de una agalla está esencialmente en relación con la alimentación; para los insectos del otro conjunto, la agalla es consecutiva a la puesta y al desarrollo de las larvas.
Entre estos últimos, los cinípidos,avispas gallaritas o moscas de las agallas (Cynipidae) son una familia de himenópteros apócritos de la superfamilia Cynipoidea. Son insectos de pequeño tamaño (1-7 mm), de colores generalmente mates, sombríos y abdomen característicamente comprimido lateralmente que encierra un largo ovipositor enrollado en espiral. Se conocen más de 1400 especies de cinípidos en el mundo, distribuidas fundamentalmente en las regiones templadas del hemisferio norte, de las cuales 140 especies están representadas en la Península Ibérica.
Las agallas de estos insectos constituyen sin duda las cecidias más diversificadas en el aspecto morfológico y estructuralmente complejas de todas las zoocecidias; pueden tener una o múltiples cámaras larvales y las formas son muy variadas, predominando las esféricas, ovales, cilíndricas, lenticulares, fusiformes o más o menos pedunculadas.
Agallas producidas por cinípedos en un roble.No sé muy bien la especie quizás Cynips coronatus? o Andricus quercustozae?
El tamaño varia considerablemente desde las que apenas tienen unos milímetros hasta las que superan los 4 centímetros de envergadura. Pueden ser de textura jugosa o duras y leñosas en la madurez; muchas presentan apéndices externos de forma y densidad variables, están provistas de pilosidad externa o tienen la superficie cubierta de secreciones viscosas. Algunas son caducas cuando alcanzan la madurez y el insecto emerge a partir de una larva que a pasado el invierno en el suelo en el interior de la agalla; otras permanecen en el árbol hasta la emergencia de los insectos y algunas incluso permanecen en él una vez que el cinípido productor las ha abandonado. Se forman a expensas de cualquier órgano y su partes de la planta, tanto de las partes aéreas como de las subterráneas.
Los ciclos de vida de los cinípidos de los robles son complejos. El ciclo típico comprende una alternancia obligatoria de dos generaciones, una bisexual compuesta de machos y hembras y otra unisexual, integrada únicamente por hembras que se reproducen por partenogénesis.
La singularidad de este ciclo biológico de los cinípidos se refuerza por el hecho de que la morfología de los insectos y de las agallas producidas por las dos generaciones es por lo general completamente diferente, hasta el punto de que en el pasado, las dos generaciones distintas de muchas especies fueron clasificadas en especies e incluso en géneros diferentes.
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