jueves, 4 de septiembre de 2008

El ave tranquila (salvo para comer)

Aquí os traigo un animal que seguro que habéis visto en infinidad de ocasiones. Realmente es un animal extraordinario, muy elegante e inconfundible por su vuelo lento y calmo (parece que esté haciendo tai chi :-) y por su porte cuando está posada en los fangales y limos de las ríos o humedales.
Ardea cinerea destaca por su gran tamaño, en torno a 90 cm de longitud y 170 cm de envergadura


De color gris ceniza en la parte superior (de ahí lo de cinerea) La cabeza y cara son blancas. En ellas destaca un penacho de color azul oscuro, casi negruzco, que parte de los ojos y se prolonga por detrás de la nuca en una a modo de cresta caída. Su pico alargado y robusto es de color amarillento. Las patas oscuras adquieren tonalidad amarilla en periodo reproductor. El largo cuello es gris parduzco con matices diferentes, sobre todo durante la reproducción. Los lados del pecho y el vientre son grises y el centro blanco, poseyendo plumas que tienen un lado blanco y el otro negro. El resto de las partes superiores y la cola son grises.
Los inmaduros, que poseen un plumaje que podemos considerar de transición, llegan a ser como los adultos al cumplir los dos años.


Cuando las garzas vuelan, destacan en ellas varias características que, aparte su gran tamaño, las hacen inconfundibles: Llevan el cuello recogido formando una curva, a veces con la cabeza entre los hombros y las largas patas sobresaliendo desproporcionadamente por detrás de la cola. El vuelo es lento, con profundos batidos de alas y dando la sensación de potencia. Se levantan del suelo de forma majestuosa.

Cuando está posada en el suelo puede hacerlo en aguas someras, en terreno abierto, tierras de cultivo, lejos de árboles y en arena fangosa. Entonces sus actitudes son curiosas. Normalmente permanece sobre una sola pata por horas y su actividad es nula gran parte del día si no es molestada. Encoge el largo cuello y su cabeza parece salir de entre los hombros, pero permaneciendo erguido el cuerpo y el pico largo apuntado horizontalmente (lo veis en las fotos).


Si se la molesta o descubre a un intruso, aun a larga distancia, estira el cuello y permanece inmóvil y vigilante, levantando el vuelo en seguida (de ahí las malas fotos :-)).


Su forma de cazar las presas es peculiar. Camina lentamente y como agachada por aguas someras que le cubren con frecuencia los tarsos, no produciendo ningún ruido y apuntando hacia abajo su fuerte y puntiagudo pico, presta a asestar un golpe mortal a cualquier pez que tropiece en su camino. Pero también, y muy a menudo, permanece inmóvil dentro del agua, observando el fondo delante y a los lados. Las anguilas grandes y los peces gruesos los golpea con fuerza con el pico o los agita de un lado a otro dándoles contra el suelo antes de tragarlos enteros, procurando siempre hacerlo de forma que penetre en la garganta primero la cabeza de su presa. Cuando las garzas se concentran en grupos en praderas es frecuente que al atardecer caminen en línea formando un frente y picoteando aquí y allí.
Mucha gente cree que sólo come peces pero en realidad la dieta alimenticia es extraordinariamente variada e incluye ratas de agua, ranas, insectos ,cangrejos, lombrices de tierra, materia vegetal e incluso otras aves.


Con respecto a la reproducción, antes de llegar febrero, algunos machos se posan repetidamente en determinada rama de un árbol donde existe un nido viejo o algún resto de años anteriores. Pronto otros machos imitan su actitud y comienza el cortejo o las representaciones para atraer a las hembras. La parada nupcial es en estos pájaros una ceremonia muy complicada A modo de resumen:
La Garza que llega al nido eriza el plumaje de la cabeza y lanza un agudo y áspero grito. La que ya lo ocupa, responde estirando al máximo su cuello en línea recta hacia arriba, moviéndolo después hacia adelante y atrás, apuntando el pico hacia el cielo y flexionando las patas de forma que todo el cuerpo se agacha al nivel del nido. A continuación baja el cuello, colocando la cabeza tan baja como los pies y golpeando una mandíbula con otra, produciendo un caracteristico sonido. Pero, en realidad, la ceremonia que resulta más llamativa y que es practicada por muchas garzas a la vez consiste en llamar el macho insistentemente desde el nido viejo o desde una rama elegida para construir uno nuevo, usando los mismos gestos que se han descrito y cogiendo con frecuencia una rama del árbol en el pico. Si una hembra se aproxima y entra bruscamente en el pequeño territorio del nido, puede ser expulsada inmediatamente por el macho. Las hembras que se ganan la confianza de aquél son las que se acercan con suavidad y tímidamente. Pronto una de estas se aproxima y gana la confianza del macho que por 20-40 veces seguidas hace sonar sus mandíbulas.


En la Península Ibérica la Garza Real anida fundamentalmente en árboles y con frecuencia a gran altura. Igualmente son lugares de nidificación los carrizales, junqueras y acantilados marinos. En el norte de Europa, además de en árboles altos, también anida en arbustos y árboles bajos, pero de forma ocasional, rara vez en acantilados marinos y muy a menudo en carrizales.
La Garza Real construye una voluminosa estructura de palos secos, ramas y carrizos. Siempre en el interior de esa gran estructura los pájaros forran el cuenco con pequeñas ramitas y con frecuencia con juncos e incluso hierba. Como el nido puede ser ocupado por varios años sucesivamente, es corriente que alcance un volumen considerable. En cambio la garza que construye un nido nuevo se contenta con una ligera estructura que parece desproporcionadamente pequeña para tan grandes pájaros.
El macho aporta el material, y la hembra, que permanece posada sobre el nido todo el día, salvo esporádicas salidas, construye aquél entrelazando las ramas o los carrizos secos. Cada vez que el macho llega al nido se repiten las ceremonias del cortejo nupcial que no parecen cesar ni siquiera durante la incubación.Las colonias de garzas varían mucho en el número de parejas de un año a otro.
Las primeras puestas de huevos pueden ser realizadas en la primera quincena de febrero en zonas favorables del Sur de Iberia. Más a menudo en los últimos días de ese mes y corrientemente en marzo. En el caso de depredación las garzas pueden efectuar una puesta de reemplazo incluso en mayo.
Cada puesta oscila de 3 a 5 huevos normalmente. El color de los huevos es gris azulado mate, con frecuencia teñidos de un matiz pardo pero libres de marcas. La puesta de cada huevo es efectuada con un intervalo de dos días corrientemente, habiéndose comprobado en algunos casos pausas que pueden llegar hasta 3-4 días. La incubación es realizada alternándose ambos adultos entre 25 y 28 días. Es un poco anárquica en el comienzo de la incubación, pues si bien algunas parejas empiezan con la puesta del primer huevo, otras no lo hacen hasta la del tercero.
Los adultos alimentan a los pollos y los cuidan con extremada esmero (ambos son un modelo de cooperación familiar :-)) Durante los primeros veinte días que siguen al nacimiento siempre está uno de los adultos presente en el nido vigilando. El relevo se efectúa con regularidad cuatro veces al día y está precedido de un gran ceremonial.
Los pájaros pasan el día protegiendo a sus hijos del sol o de la lluvia y capturando tantas moscas como acuden a la suciedad, atraídas por el desagradable olor que despiden los nidos. Cuando el adulto ceba, lo hace casi siempre incitado por los picotazos de los pollos, regurgitando y recogiéndolo éstos del mismo pico de sus padres. Si ya empezaron a emplumar recogen el alimento del nido mismo donde las garzas adultas lo dejaron.
Los jóvenes vuelan no muy bien aún a los 55 días de vida. Son muy voraces y con frecuencia calculan mal sus posibilidades a la hora de engullir presas. Se han comprobado casos de garzas tragando anguilas de medio kilogramo de peso, pero en la mayoría de ellos la digestión se presenta imposible y estas presas son regurgitadas.

3 comentarios:

Arturo de las Liras dijo...

Interesante.
Cerca de mi pueblo existen 3 humedales donde su pueden encontrar en abundancia, el mes pasado a las 6 de la mañana me fui a uno de ellos y pude fotografiar un grupo en el que habría entre 60-70 ejemplares. Fue fantástico. Y ahora que se más de sus costumbres me llaman mas aun. Tendré que hacerles una visita pronto antes de que desaparezcan.
Realmente tiene un vuelo digno de ver, tan sereno y firme que relaja solo de verlo.

Furacán dijo...

Si, es curioso, aquí hace unos años (15-20) eran rarísimas de ver pero ahora están muy extendidas.
Por cierto no lo he comentado creo pero son aves parcialmente migradoras, muchas vienen del norte de Europa, Escandinavia y pasan los inviernos en la Península o en África. Otras son residentes aquí.

Pep dijo...

... mira qué bien! ... llego ... y veo las cosas que me gustan ... murrebien ...
... saluzpipa!