Vuelvo al blog con material propio. Hoy traigo un hongo bien conocido desde muy antiguo, hasta Otzi portaba algunos ejemplares con él. Por el nombre ya adivináis su utilidad: servir de yesca para hacer fuego. Hoy ya no se usa (quitando al último superviviente :-)) pero en muchas zonas rurales se ha empleado hasta el siglo pasado. Hay documentados algunos procesos descritos en los que su carne se maceraba, se mezclaba con una solución de salitre y se obtenía una sustancia extremadamente inflamable en la que bastaba la chispa producida por un objeto metálico para iniciar el fuego.
Otra utilidad tradicional era la de cortar las hemorragias y absorber la sangre y otros líquidos.
Y un último uso todavía más curioso:
Según esta página estos sombreros de diseño se hacen en Rumanía y Hungría. Los carpóforos se trituran, se moldean y se secan.
En la Península es una seta abundante, su nombre científico es Fomes fomentarius (Fomes en latín=yesca, fomentarius= que se usa para yesca, más descriptivo imposible) No hay que confundirlo con especies similares como Phellinus igniarius, Piptopurus betulinus... (hay unos cuantos) aunque también se les denomina yesqueros y se emplean para los mismos usos, el "verdadero" es este.
Fomes forma cuerpos fructíferos grandes, a menudo numerosos y tenazmente adheridos al tronco. De consistencia suberosa y en forma de concha, son por arriba blancos con círculos concéntricos de colores marrón y gris, mientras que por debajo muestran poros finos y blancuzcos.
El cuerpo fructífero crece durante algunos años, ampliando en cada temporada su borde exterior hasta alzanzar los 30 cm de diámetro o incluso más. Es mucho más visible que los demás hongos que se crían en los árboles, pues debido a su tamaño sobresale mucho y no es raro encontrar varios sombreros superpuestos o parcialmente compenetrados.
La forma es muy irregular y la superficie presenta protuberancias escalonadas, concéntricas, que indican el crecimiento gradual del carpóforo.
De año en año, cada uno de los estratos de los poros y de los tubos se superponen de manera que presentan, en la seta seccionada, un dibujo característico, estratificado. La carne, compacta en la parte situada debajo de la costra, de donde se quita para preparar la yesca, es de color herrumbre. No tiene olores ni sabores particulares.
Es posible encontrarla durante todo el año. Es parásita o saprófita, ataca los troncos de árboles planifolios debilitados o ya muertos. En caso de que sea parásita resulta muy perjudicial para la planta. Produce esporas sólo en primavera.
Otra utilidad tradicional era la de cortar las hemorragias y absorber la sangre y otros líquidos.
Y un último uso todavía más curioso:
Según esta página estos sombreros de diseño se hacen en Rumanía y Hungría. Los carpóforos se trituran, se moldean y se secan.
En la Península es una seta abundante, su nombre científico es Fomes fomentarius (Fomes en latín=yesca, fomentarius= que se usa para yesca, más descriptivo imposible) No hay que confundirlo con especies similares como Phellinus igniarius, Piptopurus betulinus... (hay unos cuantos) aunque también se les denomina yesqueros y se emplean para los mismos usos, el "verdadero" es este.
Fomes forma cuerpos fructíferos grandes, a menudo numerosos y tenazmente adheridos al tronco. De consistencia suberosa y en forma de concha, son por arriba blancos con círculos concéntricos de colores marrón y gris, mientras que por debajo muestran poros finos y blancuzcos.
El cuerpo fructífero crece durante algunos años, ampliando en cada temporada su borde exterior hasta alzanzar los 30 cm de diámetro o incluso más. Es mucho más visible que los demás hongos que se crían en los árboles, pues debido a su tamaño sobresale mucho y no es raro encontrar varios sombreros superpuestos o parcialmente compenetrados.
La forma es muy irregular y la superficie presenta protuberancias escalonadas, concéntricas, que indican el crecimiento gradual del carpóforo.
De año en año, cada uno de los estratos de los poros y de los tubos se superponen de manera que presentan, en la seta seccionada, un dibujo característico, estratificado. La carne, compacta en la parte situada debajo de la costra, de donde se quita para preparar la yesca, es de color herrumbre. No tiene olores ni sabores particulares.
Es posible encontrarla durante todo el año. Es parásita o saprófita, ataca los troncos de árboles planifolios debilitados o ya muertos. En caso de que sea parásita resulta muy perjudicial para la planta. Produce esporas sólo en primavera.